







A diferencia de otros zorros que habitan en los bosques al sur de Jonia, Ahri siempre sintió una extraña conexión con el mundo mágico que la rodeaba. Una conexión que, de algún modo, le parecÃa que estaba incompleta. En lo más profundo de su interior, sentÃa que el cuerpo en el que habÃa nacido era como una enfermedad y soñaba con llegar a convertirse en humana. Su objetivo parecÃa estar lejos de su alcance, hasta que se encontró en medio de una batalla humana. Era una escena espeluznante, la tierra estaba oscurecida por las siluetas de soldados heridos y moribundos. Se sintió atraÃda hacia uno de ellos: un hombre con túnica, envuelto por un campo mágico, cuya vida se iba acercando rápidamente a su fin. Se aproximó y algo en su interior se activó, atrayéndole hacia el hombre de una forma que no pudo comprender. Su esencia vital se introdujo en ella, guiada por filamentos mágicos invisibles. La sensación era embriagadora e insoportable. Cuando salió de este estado, descubrió entusiasmada que algo habÃa cambiado en ella. Su lacio y brillante pelo blanco habÃa desaparecido y su cuerpo era alargado y ágil: tenÃa la forma de los humanos que yacÃan en el suelo a su alrededor.
Sin embargo, aunque tenÃa apariencia humana, sabÃa que en realidad la transformación estaba incompleta. Era una criatura inteligente, asà que se adaptó a las costumbres de la sociedad humana y aprovechó su don de la belleza para atraer a los hombres incautos. PodÃa consumir sus esencias vitales cuando estaban encantados por sus hechizos seductores. Alimentarse de sus deseos le permitió estar más cerca de su sueño, pero a medida que arrebataba vidas, empezó a apoderarse de ella un fuerte sentimiento de arrepentimiento. TenÃa reservas ante acciones que nunca le habÃan importado cuando sólo era un zorro. Se percató de que no podÃa soportar el remordimiento de su creciente moralidad. En su búsqueda de una solución, Ahri encontró la Academia de la Guerra, el hogar de los magos más poderosos de Runaterra. Allà le ofrecieron la oportunidad de mantener su humanidad sin causar más daño, a cambio de servir en la Liga de Leyendas.
'La piedad es un lujo y una responsabilidad humana'.
-- Ahri